jueves, 19 de noviembre de 2009

LA BANDERA Y LA CARTERA


Es asombrosa la facilidad con la que algunos políticos confunden, intencionadamente por supuesto, los intereses propios con los intereses de Catalunya. Esta práctica, que se da en cualquier partido es especialmente utilizada por los partidos nacionalistas, y más aún, si son independentistas. Así, si el político en cuestión es independentista, no dudará en tachar de "enemigos de Catalunya" a todos los que no lo sean. Por extensión, todos los que critiquen su ideario político, serán anticatalanes.
Parece ser que, a través de esta fórmula, persiguen la obtención de réditos electorales y de reafirmación ante sus seguidores, y de otra parte, intoxicar a la opinión pública introduciendo la idea de que en Catalunya, hay personas perseguidas por sus ideas. De esta forma, cultivan el papel de víctimas, que tan buenos réditos electorales les dan. No importa la crispación que por el camino van creando. Lo importante, es que cuando todo vaya mal, ahí estarán ellos para salvarnos. Por que ése y no otro, es el papel que se reservan a sí mismos.
Y son tan poco disimulados, barriendo para su partido, que a veces se saltan las más elementales leyes de la ética. Es lo que ha hecho el Sr. Laporta, en su comparecencia ante la Fundació Catalunya Oberta en relación a Macià Alavedra y Lluis Prenafeta, al calificar su detención de "humillante para ellos y para Catalunya", amén de darles todo su apoyo.
El Sr. Laporta, puede dedicarse a lo que quiera, pero en este momento no es un ciudadano cualquiera. Es el Presidente del Barça, y no debería utilizar el cargo en beneficio de su futuro político, tal como está haciendo. Ahora da un paso más y pretende que el encarcelamiento de unas personas presuntamente corruptas, es una humillación a Catalunya.
¿Qué propone usted que solo se persiga a los corruptos si no son nacionlistas? ¿Es ese el tipo de justicia que aplicaría si gobernase un día Catalunya? Se solidariza con los detenidos por presunta trama de corrupción organizada, pero se olvida de las víctimas. Lo único que a los catalanes tendría que sabernos mal en este momento, es que el encarcelamiento de los presuntos culpables, se haya hecho a instancias del Juez Garzón desde Madrid, y no a instancias de la justicia de Catalunya, que no hayamos sido capaces aquí de darnos cuenta de lo que estaba pasando, a pesar de numerosos indicios y denuncias.
Sin menoscabo de la presunción de inocencia, a la que todos tenemos derecho, los catalanes debemos felicitarnos por que la justicia ha actuado contra personas presuntamente corruptas, independientemente de su ideología. Por favor, no utilice la demagogia para justificar lo injustificable. Aquí no caben matizaciones. O se está a favor o en contra de la corrupción. Humillante para Catalunya, es utilizar la senyera para tapar la cartera, ¿o tal vez se trata de esto?
Pilar Cardeña Cruz