Leo en la prensa que Luis Roldán, ex director de la Guardia Civil, saldrá de la cárcel tras cumplir 15 años de condena, por haberse embolsado de forma ilícita unos 2.000 millones de las antiguas pesetas valiéndose de su cargo. De este dinero, sólo se ha recuperado una parte ínfima, estando el resto a buen recaudo en paraísos fiscales, mediante sociedades interpuestas que controla el propio Roldán.
Si hacemos una simple división, vemos que al Sr. Roldán le salen los números: 2.000 millones dividido entre 15 años, nos dá un resultado de 133,33 millones de pesetas por año. Es decir, por cada año que la criatura ha pasado en prisión, ahora tiene esperándole la bonita suma de 133.333.000 pesetas. O lo que es lo mismo, por cada día pasado en prisión, le esperaban fuera unas 365.000 pesetas. La peseta era la moneda de entonces.
Esta es la recompensa por lo malos tragos pasados en prisión. Un retiro dorado para que pueda disfrutar del dinero que estafó a los españoles. Y no acabará aquí la cosa, pues seguro que en cuanto ponga un pie en la calle se lo rifarán las televisiones, que le pagarán por aparecer unos minutos en su plató, más de lo que gana cualquier trabajador en un año. Para muchos será un héroe. Los americanos tienen a superman. Nosotros tenemos a los superchorizos.
En la parte opuesta, saltan de tanto en tanto a los medios de comunicación, casos de pequeños delitos que son castigados de forma severa, a veces juzgados con años de retraso y en algunos casos cuando la persona que los cometió ha formado una familia y está reintegrada en la sociedad.
También existen los casos de los reincidentes, personas que acumulan en algunos, más de 200 detenciones, y que entran por una puerta y salen por otra, para seguir con su actividad delictiva.
¡Vamos, todo muy, muy, muy normal!
Pilar Cardeña Cruz
