martes, 11 de mayo de 2010

¿EVOLUCIONAMOS?


Hace unos días, un conocido y yo hablábamos de los desengaños que a veces sufrimos en las relaciones con las personas que nos rodean.
Me decía este conocido mío, que últimamente no sabe con quien hablar y mucho menos si se tocan ciertos temas.
Durante el rato de conversación, percibí en él una sensación de soledad y de astío que me hizo recordar las múltiples tertulias que yo mantengo con mis amigos más cercanos, y como en más de una ocasión, nosotros también nos mostramos arrepentidos de haber iniciado alguna conversación que posteriormente nuestro interlocutor ha transformado en diálogo de besugos.
Nuestra sociedad está evolucionando muy rápidamente y de forma positiva en muchos sentidos. Sin embargo, en otros muchos aspectos, estamos retrocediendo y quizá sin darnos cuenta, dejando atrás muchos valores.
Me explico. Encuentro que cada vez nos volvemos más individualistas, poco colaboradores, leemos poco y conversamos menos, nos interesa poco lo que pasa a nuestro alrededor por lo que estamos poco informados. O mejor dicho, estamos poco informados de nuestro entorno político, económico y cultural, pero sacaríamos sobresaliente en fútbol y chismorreo.
Así, es muy difícil entablar una conversación sobre las personas que controlan los centros de decisión donde se cuece el futuro de Catalunya, España, Europa o el Mundo, dado el poco interés que esto suscita.
Ahora bien, si decidimos hablar de fútbol o de la princesa del pueblo, no tendremos ningún problema en encontrar tertulianos de primer orden.
El otro día, sin ir más lejos, una señora al hablarle de nuestro centro cultural, me miró con cara de extrañeza y me dijo "¿En nuestro pueblo hay un centro cultural?".
Por eso, cuando hablaba con este conocido mío, persona que ha sido muy activa y participativa en los temas del pueblo, entendí su desencanto de no tener personas con las que compartir sus inquietudes. Hemos quedado para tomar un café y charlar un ratito.
Esta es la otra cara de la sociedad actual. Cuando Karl Marx dijo "La religión es el opio de los pueblos", supongo que se refería a que la religión puede adormecer. Por eso, mientras debatimos la conveniencia o no de que haya crucifijos en las escuelas, de cambiar las navidades por fiestas de inivierno y la semana santa por fiesta de primavera, vamos preparando la sustitución de la religión de toda la vida, por los nuevos dioses de la época: el fútbol y la crónica cutre-social,
No queremos un pueblo dormido. Lo queremos roncando sonoramente.¿Por qué será?
Pilar Cardeña Cruz