viernes, 18 de junio de 2010

EL DEBATE DEL VELO INTEGRAL

Se ha abierto un creciente debate entre nuestros políticos y nuestra sociedad, sobre la conveniencia o no de prohibir el velo integral: burka o niqab.
Hay posiciones para todos los gustos, desde los partidarios de la prohibición hasta los partidarios de la tolerancia absoluta. Cada uno da sus razones, y todas las posturas son respetables. Sin embargo, creo que no se debía utilizar políticamente un tema tan delicado como este. Más bien debería buscarse un consenso entre todas las fuerzas políticas, convenientemente asesorados por expertos en la materia, y adoptar la postura más conveniente. Pero eso sí, una postura única, en la que todos estuvieran de acuerdo, no una en cada comunidad o ayuntamiento.
Y no vale reducir el tema a una simple manera de vestir, y acusar a los que lo quieren regular de xenófobos o racistas. Tampoco vale mirar para otro lado, con la excusa de es un problema inexistente, ya que son muy pocas las mujeres que llevan el velo integral. No. El tema es mucho más complicado. Es más complicado, por que se trata de personas humanas.
A veces veo por La Llagosta, a personas aficionadas a los pájaros, que llevan en la mano un paquetito cuadrado de tela. Después, abren la cremallera, y dentro aparece una jaula con un jilguero u otro pájaro cantor.
Para mí, ese pájaro, aunque su dueño lo saque a pasear o se cuide de su alimentación y su salud, que me consta que lo hacen, no deja de estar encarcelado en una jaula de reducidas dimensiones. Ironíasde la vida. Un ser a quien la naturaleza dotó de alas para surcar los cielos, condenado a vivir en una caja de zapatos y encima, incluso canta.
Cuando oímos a ese pájaro cantar, ¿debemos deducir que es feliz? ¿Realmente alguien cree que si el pájaro pudiera elegir, viviría en una jaula?
Pero el pájaro, no puede decidir por sí mismo, ya que es su dueño quien decide por él. Por eso, para el pájaro la única esperanza, sería que se prohibiera por ley tener pájaros enjaulados. Alguien tal vez dirá, sí pero entonces, al estar prohibido lo que ocurriría es que el dueño no los sacaría a pasear, para evitar que le multaran, y los pájaros estarían igualmente enjaulados, pero sin salir de casa. Es posible que fuera así, es una posibilidad. Pero otra posibilidad, es que el dueño decidiera ponerlos en libertad, ante el riesgo legal. Y más aún, el que tuviera tentación de enjaular un pájaro tal vez se lo pensara dos veces si realmente valía la pena.
Y si un pájaro no ha nacido para vivir en jaula de barrotes, tampoco ha nacido una mujer para vivir dentro de una jaula de algodón, ni que fuera de seda. Aun cuando una mujer haya tomado libremente la decisión de recluirse dentro de un velo integral, sólo se explica esa decisión desde fuertes condicionantes culturales, sociales y religiosos.
Por eso debemos crear las condiciones para ayudarles a salir de su prisión. Y eso, no es racismo ni xenofobia. Eso es sentido común y respeto hacia la mujer. Y en este punto, es curioso que nuestra Ministra de Igualdad Bibiana Aido, piense en vetar en los colegios los cuentos clásicos como La Bella Durmiente, Blancanieves y los Siete Enanitos, etc. por machistas, mientras que guarda un significativo silencio en este tema. Y tampoco a los colectivos feministas se les oye. Y ya se sabe, quien calla otorga.
¿Sería mucho pedir a nuestros políticos, que dejaran de lado las declaraciones partidistas y la demagógia y trataran el tema con el respeto y la seriedad que merece? Y sobre todo, que no nos intenten confundir, ni utilizar el tema con fines partidistas, el racismo y la xenofobia es otra cosa.
Pilar Cardeña Cruz