viernes, 1 de octubre de 2010

DAÑOS COLATERALES


Aprovechando la huelga del 29-S, un grupo de radicales convirtió el centro de Barcelona durante 8 horas, en un campo de batalla. Durante ese tiempo, se dedicaron a arrasar el mobiliario urbano, los comercios y todo lo que encontraron a su paso. La policía se vio desbordada hasta tal punto, que incluso tuvo que presenciar cómo les quemaban un coche.
Se quemaron contenedores, se saquearon comercios a plena luz del día, se formaron barricadas con vallas, se causó el máximo daño posible al patrimonio de la ciudad.
Los daños directos se han cifrado en torno a los 300.000 euros. Los daños a la imagen de la ciudad son incalculables. La imagen de la Barcelona olímpica, tomada por los vándalos, que durante horas se dedican a destrozar todo lo que encuentran, sin que la policía tenga la capacidad de frenarles, a buen seguro habrá quedado grabada en la retina de millones de personas a través de las televisiones de todo el mundo.
Según el Alcalde, Sr.Hereu, siempre son los mismo. Y algo de razón tendrá, por que ya en 2006 Barcelona renunció a la celebración de un importante evento internacional por miedo a no poder ofrecer la seguridad requerida para la ocasión. Y yo me pregunto, si saben quienes son. ¿por qué no les controlan? ¿por qué no actúan?
Según la policía, ya sabían que este grupo estaba preparando acciones para el 29-S, incluso con gasolina. Pero el responsable, sabiendo esto no monta un dispositivo suficiente para evitarlo. ¿Vamos a dejar que los violentos tomen la ciudad? En ese camino estamos, como lo demuestran los desordenes que provocan con cualquier pretexto, da igual si es para celebrar una victoria futbolística, como si se protesta por un desalojo.
Y mientras, el departamento de interior, tal vez por miedo a no parecer suficientemente de izquierdas y progresista, no deja a la policía actuar con contundencia e incluso el número dos de su departamento, se permite el lujo de irse tranquilamente de huelga a Girona. Ya se ha justificado diciendo que él no tiene responsabilidades sobre la policía y que el departamento estaba perfectamente atendido. ¡Ya lo hemos visto!
Pero en Catalunya no somos los únicos en tener este tipo de políticos. También a dos importantes cargos políticos del Ayuntamiento de Sevilla, los hemos podido ver integrando piquetes, de los que informan que o cierras o te destrozan el local.
Y es que hay cosas, que aunque sean legales, no son éticas y nuestros políticos harían bien si se aplicaran el dicho de que, como la mujer del César, "además de ser honestos, hay que parecerlo". Por desgracia, hay muchos que ni lo uno ni lo otro.
Pilar Cardeña Cruz