lunes, 18 de enero de 2010

DEBATE DE LA CIUDAD


El pasado viernes tuvo lugar en el Centro Cultural de nuestra población el primer plenario sobre el Debate de la Ciudad.
No voy a pormenorizar sobre el debate de la ciudad para no extenderme y que la mayoría deje de leer este escrito. Solo decir que soy defensora ultranza de la participación ciudadana, a la que los políticos tienen tanto miedo, pero que para mí es una pieza fundamental de la democracia. Tampoco voy a referirme a que hubo fallos que la organización debe estudiar y corregir en lo posible. Voy a centrarme en la actitud de varios políticos.
Al acto asistimos unas 70 ó 75 personas. De ellas, más de la mitad pertenecen al mundo de la política, y el resto se repartían entre representantes de asociaciones y resto de ciudadanos.
Cuando después de una larga y pesada explicación a cargo de los tres ponentes, se formaron tres grupos de trabajo, los políticos que había en cada uno de los grupos, y yo sólo estuve en un grupo de trabajo, que por su condición de políticos están más acostumbrados a hablar en público, coparon la mayor parte del tiempo con sus intervenciones, en detrimento del resto de ciudadanos, poco acostumbrados a hablar en público y menos si para ello han de competir. Así ocurrió, que lo más destacado fueron, los reproches, los dimes y diretes que los políticos se dedicaron unos a otros.
En el resúmen final, al que ya muchos ciudadanos no asistieron, yo hice una intervención para poner de manifiesto este hecho,para que se tome nota y se intente corregir. Para mi sorpresa, mi intervención lejos de provocar una reflexión, lo que provocó fue reacción airada de varios de los políticos presente. No voy a mencionar a ningún político de ningún partido, ellos solos se retrataron. Cada uno de ellos sabe lo que dijo, si quiere que lo analice. Simplemente haré una reflexión para quien la quiera leer.
1.- ¿Era un debate de la ciudad o una concentración de políticos?
2.- Los políticos ¿Vinieron a escuchar o a que les escuchemos?
3.- Realmente ¿les interesa saber lo que pensamos, o que nosotros sepamos lo que
piensan ustedes?
4.- En contra de lo que algunos piensan, los políticos forman parte del pueblo, pero
no son el pueblo.
5.- ¿Cuál es su idea de la participación ciudadana, si después de convocarnos copan
ustedes con sus intervenciones el 80% del tiempo disponible?
6.- ¿Se han preguntado ustedes sobre su nula capacidad de convocatoria entre los
ciudadanos?
La imagen que ustedes dieron, por decirlo de forma amable, es que no están preparados para una auténtica participación ciudadana, como no sea para aplaudirles. Se mostraron incapaces de asumir algo tan normal, como que una ciudadana de a pie les diga que no están haciendo bien las cosas. Lo lamento señores políticos, pero nuevamente me habeis sorprendido. Yo pedía política de altos vuelos y vosotros me obsequiasteis con vuestros vuelos gallináceos. Ya se, por que lo habeis demostrado públicamente, que os sentís orgullosos de haberos conocido, pero si vuestro ego os lo permite, analizar ahora en frío vuestros brillantes discursos. Y si después de analizarlos aún no lo veis claro, preguntar la opinión de los pocos ciudadanos presentes en la sala.
Por último, un buen consejo: HAGANSELO MIRAR.
Pilar Cardeña Cruz