martes, 12 de enero de 2010

UN HOMBRE LLAMADO...



Como habreis comprobado, soy aficionada a colgar en mi blog frases que me gustan porque dicen mucho en poco espacio. No hace mucho colgué una frase de J.F.Kennedy, que decía:
"Un hombre inteligente es el que sabe ser tan inteligente como
para contratar gente más inteligente que él"
Cuanta razón tenía J.F.K. y qué pocas veces nuestros políticos la saben hacer servir.
En España tenemos personas de una gran valía que prácticamente las tenemos en la cuneta. Es triste comprobar que con la falta de líderes y estrategas que tenemos en la actualidad, nos dejemos perder o por lo menos desaprovechemos a grandes reservas.
Hoy, concretamente, me estoy refiriendo a Javier Solana.
Después de 10 años de desempeñar de forma brillante el cargo de Alto Representante para la Política Exterior de Seguridad Común, Mister Pesc, para la Comunidad Europea, ha sido nombrado Director de Estrategia de Seguridad Nacional, y además ha sido fichado por Esade.
Según las últimas encuestas, los españoles perciben a nuestra clase política como un lastre, como el tercer problema, después del desempleo y la economía.
Por eso me extraña que a este gran político de reconocido prestigio internacional, no se le asigne un cargo de primera línea. ¿Nos podemos permitir tener un político de su valía en la retaguardia, mientras aupamos a los mediocres a los primeros puestos? ¿Cuántas puertas podría abrir para España en la escena internacional? Si se aprovechara convenientemente su demostrada gran capacidad de trabajo y liderazgo, seguro que aportarían a España enormes beneficios, en nuestra posición internacional.
Sin embargo, da la impresión que al repartir los cargos se tiene más en cuenta la afinidad política que la valía del candidato. Parece que los líderes de los partidos, rehuyen rodearse de personas de gran valía, quizá por que de esta manera evitan que les hagan sombra. La política se ha convertido en el caldo de cultivo donde medran los mediocres, cuyo mayor mérito, en muchas ocasiones, es decir sí a todo y ser sumisos a la disciplina de partido.
Las personas inteligentes, que tienen ideas propias, y que a veces no coinciden con la posición oficial del partido, son sistemáticamente apartados de la política nacional de primera línea.
¿Y los intereses de los ciudadanos? Sin duda, son lo más importante, después de los intereses de los partidos y de los políticos. Sin embargo, tanto tiempo haciendo lo mismo, al final los ciudadanos terminarán por desenmascarar a los políticos. Las últimas encuestas apuntan en esta dirección, aunque los políticos, como casi siempre miran para otro lado.
Pilar Cardeña Cruz