lunes, 26 de septiembre de 2011

INFORMACION



En La Llagosta estamos muy bien informados. Es frecuente que si nos desplazamos a Barcelona en transporte público, tanto si cogemos el autobús como el tren, nos obsequien con un periódico del día.


En nuestro pueblo se vende todo tipo de prensa de tirada nacional, autonómica y comarcal.


Tenemos también algunos diarios comarcales totalmente gratuitos, y otros, los podemos leer de forma gratuita mientras tomamaos un café o bien en la biblioteca pública.


Podemos sintonizar un número casi infinito de emisoras de radio.


Podemos ver un gran abanico de canales de televisión, públicos y provados.


Podemos buscar la información a través de internet.


Además contamos, con cargo al presupuesto municipal con:


- Un boletín municipal.

- Un boletín digital.

- Una radio municipal.

- Televisión comarcal Vallés Visió.


Hago esta introducción previa por que, en este tiempo de recortes, quiero referirme al coste de este canal de televisión comarcal que es Vallés Visió. El presupuesto de este canal, ha sido para el año 2011 de aproximadamente 1.280.000 euros, de los cuales le corresponde pagar 134.000 euros a La Llagosta. Como el horno no está para bollos, para el 2012 se ha reducido el presupuesto a 1.024.000 euros de los cuales le correspondería pagar a La Llagosta 104.000 euros.


Sobre este tema, se me ocurren algunas preguntas.

¿Necesita La Llagosta este canal de televisión? A mi juicio no, ya que la cobertura informativa está garantizada por el resto de medios.


¿La información de Vallés Visió es especialmente interesante para La Llagosta? A mi juicio no. Su contenido está dedicado en un 70% al pueblo de Mollet del Vallés y al seguimiento de la agenda de su alcalde, Sr. Monrás, que siempre aprovecha para lanzar su discurso a la audiencia, da igual si el motivo es la colocación de unas papeleras o que se ha reunido con un grupo de vecinos. Vallés Visió es como el NO-DO particular del Sr. Monrás. El otro 30% se reparte entre los otros 8 municipios, entre los que se encuentra La Llagosta, que aparece en contadas ocasiones, dado el poco volúmen de noticias que genera nuestro pueblo.


Luego entonces, que hacemos pagando cada año más de 100.000 euros por un servicio que ni el pueblo ha pedido ni necesitamos? Sencillamente, gastando alegremente un dinero que no tenemos, y que nos abocará irremisiblemente a más recortes en cosas que sí necesitamos.


¿Han pensado a cuántas personas se podría ayudar con este dinero? ¿Han pensado que en lo que dura una legislatura son MEDIO MILLON DE EUROS lo que cuesta este lujo a La Llagosta?


Entre otras cosas, con este dinero se podría evitar, por ejemplo, que la Masía Can Baqué, el último vestigio de La Llagosta agrícola se hundiera para siempre, y se perdiera así el más importante signo de identidad de nuestra población.


Pero si alguien cree que Vallés Visió presta un servicio importante a La Llagosta, y que debemos seguir pagando, es muy fácil hacer la prueba del algodón. Basta con hacer una encuesta, (que por cierto puede salir casi de gratis) para conocer cuantos habitantes de La Llagosta ven este canal, y cuantos están de acuerdo de que el Ayuntamiento haga este desembolso.


La existencia del canal de televisión Vallés Visió, en los tiempos que corren sólo se justifica por intereses políticos de tener un medio de publicidad que pagamos los ciudadanos, pero que para los que mandan es un medio de publicidad gratuita.


Por tanto, es legítimo que si los políticos no recortan en estas cosas y se siguen gastando el dinero en tonterías, los ciudadanos después no aceptemos recortes en cosas que son imprescindibles. Ya estamos hartos de ser siempre los mismos los que nos sacrificamos.


A nuestros políticos los aupamos al poder sin pedirles ningún título, sin hacer ningunas oposiciones, sin que tengan que demostrar su capacidad de gestión, sólo por sus promesas. Pero ¿es mucho pedirles que actúen con sentido común?


Gracias a este tipo de actuaciones, el país está prácticamente intervenido, los mercados desconfían de nosotros y nos vemos obligados a plasmar un techo de gasto en la Constitución, por que ya nadie se fia de nuestra palabra, dado que las distintas administraciones nos tienen acostumbrados a mentir en relación a la deuda real, que siempre resulta ser muy superior a la reconocida. Ante esto, sólo se pueden hacer dos cosas:


- Gobernar con seriedad y sentido común, estableciendo un orden de prioridades y, puesto que no tenemos dinero para todo, recortar los gastos suntuarios, es decir, aquellas cosas de las que podemos prescindir, o


- Gobernar como hasta ahora, alegremente sin ningún tipo de rigor, como si fuéramos ricos, y cuando lleguen los recortes, pues ya encontraremos alguien a quien echarle la culpa.


Elegir una u otra opción, es lo que marca la diferencia entre la política seria y la política populista.

Gobernar repartiendo, es muy fácil. Plantarse cuando hay que hacerlo y decir un no a tiempo, es más difícil. En los momentos difíciles es donde se nota claramente la calidad de la clase política.


Pilar Cardeña Cruz