miércoles, 22 de abril de 2009

UN PAIS DE NUEVOS RICOS

De Andalucía me llegan noticias de que la cosecha de aceitunas de este año, sólo se ha recogido la parte que los temporales de lluvia y viento no han tirado al suelo, esto es las aceitunas que permanecían arriba del olivo, y por tanto, se podían recoger con medios mecánicos.
Los miles de toneladas que el viento y la lluvia han tirado al suelo, en el suelo se quedan hasta que se pudran o sean enterradas por el tractor al realizar el laboreo de los olivares.
¿No son buenas estas aceitunas para producir aceite? Por supuesto que lo son. De hecho contienen la misma cantidad de aceite y la misma calidad que las que quedan arriba del árbol, hasta que en contacto con el suelo entran en putrefacción. ¿Cual es entonces el problema?
Sencillamente, no es rentable su recogida, por que costarían más los jornales necesarios que el valor en venta de las aceitunas recogidas. El precio del kilo de aceitunas ronda los 0,35 euros, con lo que con un sencillo cálculo nos permite comprobar que para pagar un jornal de 50,00 euros, más seguridad social por una jornada de poco más de 6 horas de trabajo, el jornalero/a tendría que recoger no menos de 200 kilos al dia de aceitunas, tarea prácticamente imposible.
Hasta aquí, una parte de la realidad. La otra parte, es que en Andalucía existen muchas necesidades, existe pobreza y un paro galopante. ¿Cómo entonces se puede permitir semejante destrucción de riqueza? ¿No es posible llegar a un acuerdo con los dueños del olivar para que personas en paro o necesitadas efectúen la recogida de las aceitunas que quedan en el suelo y puedan obtener así algo de dinero, o el aceite para todo el año? Sin duda alguna, dicho acuerdo sería posible y muy fácil de alcanzar.
El problema es que nadie quiere recoger las aceitunas, ni aunque se las regalen. De hecho, en los últimos años cada vez abundan más los aceituneros marroquiés o rumanos y menos los nativos. Y es que en esta España nuestra casi todos somos ricos, o al menos eso creemos y no vamos a ir a recoger aceitunas con un frío que pela, mientras podamos vivir de un subsidio que llega puntualmente cada fin de mes a nuestra cuenta bancaria. Total, se dan unos jornales, eso sí justitos para tener derecho a subsidio, y a vivir que son dos dias.
Si la situación persiste, con los precios actuales algunos dueños de olivares no tardarán en plantearse arrancarlos.
En algunas fincas de naranjos de la comunidad valenciana, también se han dado algunos casos parecidos de no recoger la cosecha por no cubrir gastos.
En Menorca, la cabaña vacuna corre peligro a consecuencia del bajo precio de la leche, 0,31 euros el litro.
¿A dónde vas España? A cobrar y vivir del subsidio (espero que haya para todos)
Pilar Cardeña Cruz