jueves, 30 de abril de 2009

VACAS FLACAS TAMBIEN EN LOS AYUNTAMIENTOS

La crisis está afectando, como no podía ser de otra manera, a los ayuntamientos. La época de vacas gordas, cuando el boom inmobiliario fue una importantísima fuente de ingresos para los ayuntamientos, que en algunos casos los salvó de la bancarrota y en otros contribuyó de forma decisiva a sanear las arcas municipales, ya pasó y no se vislumbra que dicha situación, pueda repetirse ¿afortunadamente?, a corto o medio plazo.
No hay construcción, no hay licencias de nuevas obras y, por tanto, no existen los ingresos extras a los que estaban acostumbrados. Por otra parte, el gobierno central, cuya deuda crece como una bola de nieve, pendiente de cerrar la financiación autonómica, no parece estar en el mejor momento para ir a pedirle más dinero.
Según los datos publicados por el Ministerio de Economía, la deuda del Ayuntamiento de La Llagosta, a 31 de Diciembre de 2008, era de 6.742.000 euros, o lo que es lo mismo, 1.121.774.412 de las antiguas pesetas. Según los datos de población del mencionado informe, nuestra deuda es de 494 euros por habitante, por debajo de la media catalana, que está en 548,24 euros.
¿Cómo lo harán ahora los ayuntamientos que han hecho sus presupuestos en función de unos ingresos que ahora no llegarán? Personalmente, me gustaría que nuestro Ayuntamiento afrontara la crisis de la siguiente manera:
1.- Haciendo un plan de austeridad que incluya la eliminación de todos los gastos superfluos.
2.- Reducir al máximo los gastos suntuarios.
3.- Congelar los sueldos más elevados.
4.- Eliminando parte de los liberados y puestos de confianza que no sean absolutamente imprescindibles.
5.- Reducir los gastos en festejos, supliendo el presupuesto con imaginación.
6.- Extremar la vigilancia en el control de consumo en teléfono, electricidad, aire acondicionado, etc., etc. etc. etc.
7.- Contar con el pueblo, (la tan cacareada participación ciudadana), a la hora de establecer prioridades en el gasto.
8.- Aplicar cualquier otra medida (seguro que hay muchas más) que contribuya al ahorro.
Tal vez, estas medidas no serían del todo suficientes, pero ayudarían mucho en dos frentes: en el económico y en la recuperación de la confianza en nuestros políticos. Pensemos que solo el hecho de volver a la situación anterior a las últimas elecciones, cuando teníamos 2 liberados, en lugar de los 4 actuales, representaría un ahorro a las arcas municipales de unos 100.000 euros anuales, es decir en esta legislatura gastaremos por esta vía 400.000 euros.
Pero, la verdad, no soy optimista en este sentido, y temo que la crisis se afronte de esta OTRA manera:
1.- Subiendo todos los impuestos, y muy especialmente el IBI o Contribución Urbana, para comprensar la falta de otros ingresos.
2.- Sin acometer un verdadero plan de austeridad y ahorro.
3.- Manteniendo los 4 liberados.
4.- Aumentando la deuda hasta llevar nuevamente al ayuntamiento al borde la bancarrota, como ya estuvo hace unos años.
5.- Haciendo algún gesto de buena voluntad, pero sin entrar a fondo en el tema.
6.- Criminalizando a quien hable de contención del gasto, acusándole de querer reducir los gastos sociales y las ayudas a los más desfavorecidos.
Creo que he dejado MUY CLARO, de donde pienso que se puede reducir, pero seguro que alguien me acusa de lo contrario. Es su problema. Ahora sólo hay que esperar. El tiempo nos dará la respuesta.
Pilar Cardeña Cruz