viernes, 26 de junio de 2009

NUCLEARES SI, NUCLEARES NO.......

Nos encontramos ante un gran dilema, cerrar o no cerrar la central nuclear de Garoña. Según ha declarado el CNSN (Consejo Nacional de Seguridad Nuclear), la central nuclear de Garoña puede seguir en funcionamiento 10 años más, sin embargo los ecologistas piden que se cumpla con el cierre programado para el año 2011. A la vista está que tenemos un problema grande, por varios motivos:
1º) Si se cierra Garoña, se incrementa el número de trabajadores directos e indirectos que engrosaran las listas del paro.
2º) El cierre de Garoña además supondría unas pérdidas económicas para la zona del orden de los 35.000 millones de euros.
3º) A los partidarios de cerrar nuestras centrales nucleares, por el peligro que entrañan, les haría las siguientes preguntas ¿tienen previsto de donde sacaríamos la energía que las mismas dejarían de producir? ¿Del sol y el viento? ¿Y los días sin sol y sin viento? ¿Están las energías renovables suficientemente desarrolladas en nuestro país para suplir la energía que dejarían de producir las centrales nucleares? La respuesta, sin ningún género de duda, es NO. Y seguirá siendo así durante bastante tiempo, ya que la demanda de energía volverá a crecer, tan pronto vayamos saliendo de la crisis, con mucha más rapidez que crece la oferta de energías renovables. Siempre nos queda, para tranquilizar nuestra conciencia ecologista, cerrar nuestras centrales nucleares, y comprar mucho más cara la energía que producen las centrales nucleares francesas, algunas de ellas muy cerca de nuestra frontera.
4º) Considero que la decisión de cerrar o no Garoña y el resto de centrales nucleares españolas , debe tomarse, en primer lugar, en función de su seguridad. Si Garoña no es segura, debe cerrarse. Pero si lo es, debe posponerse su cierre, hasta tanto tengamos una alternativa a la energía que produce, cosa que en estos momentos no tenemos. Además su cierre, nos haría depender más aún del exterior, concretamente de Francia.
Seguro, amigo lector, que leyendo mi artículo pensarás que soy partidaria de la energía nuclear. Pues nada más lejos de la realidad. Estoy en contra de la energía nuclear, por que aunque la tecnología ha mejorado mucho y cada vez, al menos en teoría, es más difícil, aunque no imposible, un accidente nuclear de importancia, aún está por resolver el tema de los residuos, que no deja de ser una peligrosa hipoteca sobre nuestras vidas y las de un montón de generaciones más.
Además, el precio de esta energía no es tan barato como en principio podría parecer, pues, entre otros costes, que no suelen tenerse en cuenta a la hora de calcularlo, está el desmantelamiento de las centrales nucleares al final de su vida útil, y el almacenamiento de los residuos.
Por tener un ejemplo, España paga actualmente a Francia unos 60.000 euros diarios (10.000.000 Ptas.), por los residuos que allí tenemos depositados. En breve se deberá revisar ese precio al alza.
¿Cual es entonces la solución? Bajo mi punto de vista, ser realistas. Darnos cuenta de la energía que necesitamos y que debemos obtener a un precio razonable, en todos los sentidos, no solo económico, para que, sin poner en riesgo nuestro futuro, nuestras empresas puedan competir y genera empleo.
Creo que lo más razonable, antes de echar el cerrojo, de forma idealista y precipitada a las centrales nucleares, es suplir nuestra actual producción de energía nuclear, mediante la diversificación de nuestras fuentes de energía, eólica, solar, hidráulica, térmica, etc. para reducir nuestra dependencia exterior y ser más autosuficientes.
Todos queremos llegar a casa y que el aire acondicionado funcione, tener bebida fresca en la nevera y un sinfin de detalles, que juntos constituyen nuestro bienestar.
Por tanto, primero, solucionemos nuestra autosuficiencia energética y luego cerremos, si es necesario, Garoña y todas las demás centrales nucleares españolas.
Pilar Cardeña Cruz